Biografía:
Antoine Auguste Ernest Hébert (1817-1908) fue un pintor y académico francés famoso por su estilo romántico. Fue uno de los mas importantes pintores de la segunda mitad del siglo XIX y sus obras fueron expuestas en el salón de los artistas franceses del 1839 al 1908, aunque actualmente se pueden encontrar en el Museo de Orsay en París. Viajó a Italia varias veces y encontró allí la inspiración para algunas de sus obras. La "Malaria" representaba a unos campesinos en las marismas Pontinas escapando de la enfermedad en una balsa; se dice que aquella escena estaba inspirada en hechos reales de los que el propio artista había sido testigo. Desde la ventana de su habitación vería más tarde otra de sus obras, "Los Fienaroles de San Germano", unas mujeres jóvenes vendiendo heno en el camino. Después de prenderse de aquella realidad cuotidiana, se iría centrando más en los retratos femeninos, especialmente en aquellos de mirada pensativa que despertaban en el propio autor la emotividad y el sentimentalismo necesarios para seguir pintando. Uno de esos retratos famosos es el de "Ophelia" que veremos a continuación y que merece la pena conocer.
Antoine Auguste Ernest Hébert (1817-1908) fue un pintor y académico francés famoso por su estilo romántico. Fue uno de los mas importantes pintores de la segunda mitad del siglo XIX y sus obras fueron expuestas en el salón de los artistas franceses del 1839 al 1908, aunque actualmente se pueden encontrar en el Museo de Orsay en París. Viajó a Italia varias veces y encontró allí la inspiración para algunas de sus obras. La "Malaria" representaba a unos campesinos en las marismas Pontinas escapando de la enfermedad en una balsa; se dice que aquella escena estaba inspirada en hechos reales de los que el propio artista había sido testigo. Desde la ventana de su habitación vería más tarde otra de sus obras, "Los Fienaroles de San Germano", unas mujeres jóvenes vendiendo heno en el camino. Después de prenderse de aquella realidad cuotidiana, se iría centrando más en los retratos femeninos, especialmente en aquellos de mirada pensativa que despertaban en el propio autor la emotividad y el sentimentalismo necesarios para seguir pintando. Uno de esos retratos famosos es el de "Ophelia" que veremos a continuación y que merece la pena conocer.
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